¿Qué son los bonos para el desarrollo sostenible?
En 2008, la Tesorería del Banco Mundial fue pionera en la emisión de bonos verdes para apoyar el financiamiento de proyectos relacionados con el cambio climático. En la actualidad, el Banco Mundial emite bonos para el desarrollo sostenible.
Para saber más sobre estos bonos, conversamos con Heike Reichelt, jefa de Relaciones con los Inversionistas y de Financiamiento Sostenible de la Tesorería del Banco Mundial, que gestiona los programas de financiamiento del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
¿Qué son los bonos para el desarrollo sostenible y en qué se diferencian de nuestros bonos verdes?
Son similares: todos los bonos del Banco Mundial movilizan fondos de inversionistas en los mercados de bonos para apoyar el financiamiento de proyectos en países en desarrollo. Con los bonos verdes transmitimos a los inversores el impacto positivo que tienen nuestros préstamos en proyectos de mitigación y adaptación al clima. Con los bonos para el desarrollo sostenible comunicamos el impacto positivo que tienen toda la gama de préstamos sectoriales y proyectos del Banco Mundial, todos los cuales, por cierto, también incorporan consideraciones climáticas. El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), lo que conocemos como “Banco Mundial” en los mercados de capitales, comenzó a emitir bonos verdes hace casi 15 años. La Asociación Internacional de Fomento (AIF) comenzó a emitir bonos en 2018 —hay más información disponible en el sitio web de la AIF (i)—, pero mis respuestas se centrarán en el BIRF dada su trayectoria más extensa.
Iniciamos la emisión de bonos verdes para atraer a los inversionistas en torno a la contribución positiva que el Banco Mundial estaba realizando en el ámbito del cambio climático. Respondimos al creciente interés del mercado en el riesgo climático ofreciendo un bono que fuera sencillo y se adaptara a sus carteras. El primer bono verde que emitimos en 2008 (i) se convirtió en el estándar de un mercado que se centra en el aumento de la transparencia y las inversiones para fines específicos. Con los bonos verdes activamos el nexo entre los fondos obtenidos de los inversores y un monto equivalente de los préstamos del Banco destinados a diversos tipos de proyectos de mitigación —como la energía solar— y de adaptación —como la reforestación—. En este contexto, informamos regularmente a los inversionistas de los logros alcanzados por este financiamiento del Banco Mundial en las áreas de la mitigación del cambio climático y la adaptación a este. Algunos ejemplos de los datos que incluimos en esos informes son la cantidad de toneladas de carbono que se espera que los proyectos reduzcan o el número de árboles que se plantan como parte de un proyecto. La información que presentamos sobre los bonos para el desarrollo sostenible (i) es similar, pero destacamos todas las actividades del Banco Mundial en lugar de hacer una selección de ellas. Mostramos en qué forma los fondos obtenidos en los mercados de capitales apoyan el financiamiento de proyectos con objetivos ecológicos y sociales, e indicamos cómo se relacionan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que es eso lo que los inversores quieren saber.
¿Qué motivó al Banco Mundial a emitir bonos para el desarrollo sostenible?
Cuando empezamos a dialogar con los inversionistas sobre el cambio climático, la atención se centró en gran medida en lo que estamos haciendo en términos de proyectos de energía renovable y eficiencia energética. También incluimos datos y ejemplos sobre adaptación y resiliencia. Desde entonces, hemos seguido ampliando nuestra narrativa para incorporar todos los beneficios de la labor del Banco Mundial con los clientes. En 2015, líderes mundiales se reunieron para acordar los 17 ODS que abordan cuestiones como la pobreza, el hambre, la salud, la educación y la energía limpia asequible. Ese mismo año, los países adoptaron el Acuerdo de París sobre el cambio climático y, en 2016, el Grupo Banco Mundial dio a conocer un Plan de Acción sobre el Cambio Climático.
En el Plan de Acción sobre el Cambio Climático (PDF) del Grupo Banco Mundial se examinan todos los proyectos con el propósito de detectar en ellos los riesgos en materia de cambio climático y la atención se centra por igual en la mitigación y la adaptación para aumentar la resiliencia de las personas y las comunidades. Alrededor del 95 % de todos los proyectos del BIRF recibieron financiamiento climático en nuestro ejercicio de 2021. El aumento de la resiliencia se traduce en una mejora de las condiciones de vida de las personas: un acceso mejor y más consistente a la educación, la salud, el empleo, el agua, el saneamiento, los alimentos, la energía y otras metas de los ODS, restaurando o protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente. Aunque los bonos verdes son un muy buen punto de partida para los inversores que se inician en la inversión sostenible, la mayoría de los grandes inversionistas institucionales que compran nuestros bonos están interesados en apoyar el financiamiento de actividades sostenibles en general. Invertir en sostenibilidad no es solo cuestión de paneles solares y parques eólicos. Es mucho más que eso. Y todos los proyectos que cuentan con financiamiento del Banco Mundial se centran en la sostenibilidad.
"Con los bonos para el desarrollo sostenible comunicamos el impacto positivo que tienen toda la gama de préstamos sectoriales y proyectos del Banco Mundial, todos los cuales, por cierto, también incorporan consideraciones climáticas. "
Heike Reichelt
Jefa de Relaciones con los Inversionistas y de Financiamiento Sostenible de la Tesorería del Banco Mundial¿Cómo funciona? ¿Cualquiera puede comprar bonos para el desarrollo sostenible?
Permítanme explicarlo utilizando los bonos del BIRF como ejemplo. Al ser la organización más antigua del Grupo Banco Mundial, el BIRF es lo que comúnmente se conoce en los mercados de capitales como el “Banco Mundial”, que comenzó a emitir bonos en 1947. La Tesorería del Banco Mundial trabaja con bancos e inversionistas con el objetivo de conseguir entre USD 50 000 y USD 60 000 millones al año mediante la emisión de cientos de bonos. Nuestros bonos tienen la máxima calificación, triple A, lo que ofrece a los inversores seguridad y rentabilidad financiera al tiempo que sus inversiones apoyan el desarrollo de los países emergentes. La mayoría de nuestros bonos se emiten en los mercados mayoristas, y los compradores son en su mayoría grandes inversionistas institucionales, como bancos centrales, fondos de pensiones, gestores de activos y tesorerías de bancos de países desarrollados. En ocasiones, podemos emitir bonos dirigidos a inversores particulares a través de redes especializadas. Quién puede comprarlos depende de las regulaciones y prácticas de cada mercado, y de si un individuo es cliente de uno de estos corredores a través de los cuales estamos emitiendo bonos. Es posible que algunas personas ya hayan invertido en nuestros bonos y no lo sepan, porque pueden ser titulares de un fondo de inversión que tiene bonos nuestros.
¿Cómo se utiliza el dinero procedente de los bonos?
El dinero de los bonos para el desarrollo sostenible es el dinero que utiliza el Banco Mundial para apoyar el financiamiento de proyectos mediante préstamos a los clientes. En nuestros informes de impacto (i), mostramos a los inversionistas de qué forma se apoya el financiamiento de los proyectos de educación, salud, transporte sostenible, y otros sectores en toda nuestra cartera. Nuestros informes conectan nuestras actividades crediticias con los ODS, lo que es muy importante para los inversores que utilizan los ODS como un marco al informar a sus partes interesadas. Asimismo, el proceso de emisión se describe en los documentos marco de los bonos de desarrollo sostenible (PDF, en inglés) y los bonos verdes (PDF, en inglés), que a su vez se ajustan a las directrices sobre bonos de sostenibilidad y los Principios de los Bonos Verdes, publicados por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales. En el caso de algunos de los bonos que hemos emitido, hablamos con los inversores sobre ODS específicos (por ejemplo, la igualdad de género) con el fin de aumentar la concienciación sobre cuestiones de desarrollo, como el hecho de que la COVID-19 haya afectado de manera desproporcionada a las mujeres, o la importancia de proteger los recursos de agua dulce y salada. En general, hemos visto crecer el interés de los inversionistas por nuestros proyectos: quieren información sobre cada uno de ellos, y quieren entender en qué punto se encuentran y cómo se han diseñado para alcanzar los resultados previstos.
Cuando nos dirigimos a los inversores, describimos los retos del desarrollo y cómo nuestros proyectos apoyan específicamente los ODS. Nos alegra ver el interés y el compromiso de los inversionistas. Es bueno compartir información sobre cómo sus inversiones ayudan en última instancia a tener un impacto positivo. En sentido estricto, los bonos verdes fueron pioneros en este concepto y ayudaron a establecer el modelo para el mercado. Ahora, los bonos para el desarrollo sostenible están aportando ese nivel de información sobre el impacto y la transparencia para todos los proyectos, al tiempo que demuestran al mercado financiero que la consecución de los ODS no puede llevarse a cabo centrándose exclusivamente en uno o varios compartimentos estancos.
¿Qué les depara a los bonos para el desarrollo sostenible?
En las conclusiones del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (PDF) se plantea la urgencia de emprender acciones climáticas. Hemos puesto en marcha una iniciativa para concienciar sobre la necesidad de integrar las consideraciones sobre el cambio climático en todas las actividades y decisiones. Para afrontar el desafío climático en gran escala habrá que ir más allá de pensar únicamente en proyectos “verdes” y pasar a aplicar una perspectiva ecológica en economías enteras. Tenemos la intención de destacar este mensaje mientras recaudamos USD 10 000 millones (i) en el marco de esta campaña y, al igual que con todos nuestros bonos, apoyar el financiamiento de proyectos y programas en nuestros países clientes a medida que integran las consideraciones climáticas en su desarrollo para construir economías más verdes y sostenibles.