Proyectos de capital, críticos para un futuro verde

Alcanzar los objetivos de cero emisiones netas, será necesario invertir un promedio de 9.2 billones de dólares anuales en activos y proyectos. Esto supone un incremento de hasta 3.5 billones respecto a la inversión actual cada año.
Eduardo de la Peña, socio y líder de Infraestructura en McKinsey & Company México
Cada día que pasa, los efectos del cambio climático se hacen tangibles; temperaturas extremas, desastres naturales devastadores y cultivos insuficientes para saciar la demanda, entre otros ejemplos. La construcción juega un rol importante para reducir las emisiones de dióxido de carbono de la atmósfera —conocido como descarbonización— pero se requiere repensar las inversiones y la calidad de los proyectos para acelerar el desarrollo a un futuro verde.
Para lograr los objetivos de cero emisiones netas, sería necesario invertir 3.5 billones de dólares adicionales cada año, desde ahora hasta 2050, en activos físicos, alcanzando un promedio anual de 9.2 billones en proyectos de capital. Además, se requerirá reasignar 1 billón de dólares del gasto anual actual en activos de altas emisiones hacia activos de bajas emisiones.
Uno de los retos más marcados al hablar de proyectos de capital, incluidos aquellos para la transición energética, es lo que demoran en madurar, además de que se necesitan muchas manos para diseñar y construir. De acá, que uno de los desafíos a futuro más importantes sea asegurar al talento adecuado, los recursos y el espacio físico mientras se superan las limitaciones de la cadena de suministro y financiamiento.
Tecnologías para abordar el cambio climático
La capacidad de generación anual global necesita incrementarse drásticamente en cuatro áreas durante los próximos 30 años: renovables, hidrógeno, almacenamiento de baterías y captura de dióxido de carbono. Cada una de estas tecnologías de descarbonización será crítica para abordar el cambio climático.
Si bien energías como la solar y eólica han tenido avances en la expansión de la capacidad renovable instalada, otras como las de captura de carbono, aún están en etapas tempranas. En cambio, las baterías verán un aumento meteórico en la demanda en las próximas décadas, sin embargo, hay retos como asegurar las materias primas como el litio, cobre y níquel.
Nuestras estimaciones muestran que satisfacer la demanda global de cobre y níquel, por sí sola, podría requerir gastos de capital de entre 250 y 350 mil millones de dólares para 2030, tanto para aumentar la nueva capacidad como para reemplazar la capacidad existente agotada.
El camino para el hidrógeno quizá ilumina mejor los desafíos de escalar nuevas tecnologías energéticas. Estimamos que para 2050, dos combustibles primarios —electricidad e hidrógeno—constituirán aproximadamente el 50% de la mezcla energética global.
Considerando los puntos de partida de tecnologías como el hidrógeno, baterías y almacenamiento de carbono, sus respectivos potenciales de crecimiento son elevados. El desarrollo de nuevos activos a gran escala y repetible (hiperescala) requeriría que los propietarios de proyectos aumenten su metabolismo mientras repiensan los costos de entrega.
Parte de la eficiencia vendrá de la experiencia, reduciendo costos, particularmente en mejoras en los sistemas de electrólisis para la densidad de potencia y eficiencia, y otra parte vendrá a medida que se construyan más proyectos. Sin embargo, la competitividad de costos no ocurrirá dentro del marco de tiempo necesario si los actores de la industria no abordan las cosas de manera diferente.
Por ejemplo, en el desarrollo de infraestructura, se pueden aprovechar tecnologías para construir más rápido y a menor costo, como la construcción modular. Existen proyectos que, al incorporar lecciones de manufactura avanzada, han reducido hasta un 70% el costo de producción.
También se pueden buscar modelos de asociación estratégica a lo largo de la cadena de valor con proveedores que son nuevos en la industria. Emprender múltiples proyectos en paralelo y usar los mismos contratistas puede mejorar el rendimiento en 15 a 20% adicional más allá del promedio.
Los líderes de proyectos de capital tienen una variedad de opciones para reconsiderar cómo abordan los costos de los proyectos, desde el diseño del proyecto hasta la preparación para el futuro de las asociaciones y capacidades que proporcionarán la base para la hiperescala. Es momento de repensar cómo abordar proyectos para hacerlos más rápidos, eficientes y sostenibles.