El impacto de los grandes proyectos públicos
La inversión en infraestructura pública juega un papel fundamental en la construcción y fortalecimiento de un país. Sin embargo, es importante reconocer que los proyectos impulsados por el gobierno federal,
como el Tren Maya, AIFA, Corredor Transístmico y la Refinería Dos Bocas, han enfrentado desafíos significativos en su desarrollo. Se ha señalado un exceso de recursos invertidos en algunos casos, sin que se haya logrado producir los resultados esperados hasta el momento.
Estos proyectos, que inicialmente representaban una visión de futuro y un compromiso con el desarrollo nacional, han experimentado retrasos, problemas de gestión y críticas relacionadas con su viabilidad financiera y ambiental. La inversión masiva en estos proyectos ha generado interrogantes sobre la eficacia en el uso de los recursos públicos y su impacto real en la sociedad.
A pesar de estos desafíos, es fundamental reconocer que estos proyectos siguen siendo importantes activos para el país. A medida que avanzan hacia su conclusión, es esencial que se haga un esfuerzo para maximizar su provecho, deben estar integrados de manera efectiva en las estructuras urbanas y regionales, y ser complementados por activos inmobiliarios desarrollados por el sector privado.
Un megaproyecto no es un proceso aislado, sino el punto de partida para edificaciones integrales de desarrollo que abarcan desde la construcción de viviendas, escuelas, centros de salud, hasta complejos comerciales, hoteles, zonas industriales y oficinas. Estas obras, además de cambiar la apariencia de una región, abren la puerta a un dinamismo poderoso en términos de desarrollo social.
Igualmente, requieren la creación de áreas verdes, la implementación de sistemas de transporte eficientes y el suministro oportuno de una amplia gama de infraestructuras y servicios urbanos. Cada obra pública representa el epicentro de un ecosistema complejo de activos urbanos e inmobiliarios, y sus prioridades deben abordar los aspectos sociales y ambientales.
La colaboración efectiva entre el gobierno, la sociedad y el sector privado sigue siendo esencial para asegurar que estos proyectos cumplan con sus objetivos originales y se conviertan en verdaderos impulsores del desarrollo. A través de una revisión continua y los ajustes necesarios, estamos comprometidos en lograr que estos proyectos contribuyan significativamente a fortalecer al país.
Jaime Fasja es presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).